17.4.10

Tú me enseñaste a querer lo que no ves. Me enseñaste a querer repetir un momento que nunca ocurrió, a querer sentir lo que nunca sentiste y, sin embargo... sabes a qué sabe ese momento. Te veo y no puedo evitar resoplar. No es un resoplo de alivio por que estés vivo, no... es un resoplo de cansancio, y a la vez, de deseo. Se trata del 'quiero y no puedo' que arrastro tras mía desde que te conocí. De alguna manera, tu actitud hace que todo esto suene un tanto estúpido, y mi preocupación un tanto innecesaria y completamente desmerecida. Pero, claro... ¿qué no ibas a merecer tú? Si yo te bajaría la Luna y las estrellas si me lo pidieras... sé que es una forma de hablar, tan solo una fórmula para decirte que haría lo imposible por tenerte. Y por haberte querido tantos años me he demostrado de lo que soy capaz, de lo único a lo que he sido capaz de aspirar en tu corazón. Solo un cariño 'inofensivo' que muchas personas ya se habrán ganado en tu vida. Pero yo quería y quiero más, quería de ti el sentimiento más exclusivo de todos. Y no te estaba pidiendo nada que no pudieras darme, porque todo lo que un día vi en ti, lo tenías realmente... aún conservas esa magia. Y sé que, por muchos años que pasen, no te habré olvidado... ¿o quizás sí? Desgraciadamente, conozco la respuesta antes de haber planteado la pregunta. Sé que te veré y me volverán a fallar las piernas, dispuestas a no sostenerme más. Si tuviera que buscarle un porqué a mi empeño, ése no sería otro que mi tozudez, y mis irreales presentimientos de que, si te dejo escapar, será un error que arrastraré toda mi vida. Por Dios, ¿qué es lo que te ha vendado los ojos? O es que no se ve que mis ojos refulgen a la luz de tus ojos... mírame, estoy aquí...

P.D.: Te quiero.

No hay comentarios: